tecnicas de estudio y su importancia

Técnicas de estudio: Cómo mejorar el rendimiento académico

La aplicación de los métodos de estudio es importante porque ayudan a corregir ciertos hábitos. También permiten mejorar o reforzar el rendimiento académico.
Las técnicas de estudio son una parte fundamental del aprendizaje. Sirven para ordenar el trabajo, priorizar metas y aprovechar los recursos de forma más eficiente.
Además, permiten usar mejor el tiempo y desarrollar nuevas formas de afrontar el conocimiento en el futuro.

Estas técnicas ofrecen al estudiante estrategias útiles para obtener buenos resultados en sus estudios. También lo preparan para enfrentar correctamente las actividades académicas.

Lo ideal es aprender técnicas de estudio desde los primeros cursos. Así, se adquiere esta habilidad poco a poco y se aprovechan mejor sus beneficios.

El éxito de las técnicas de estudio se basa en el orden, la constancia y la creación de buenos hábitos. Esto permite actuar con mejor preparación frente a las tareas asignadas.

¿Cuáles son las ventajas de aprender estas técnicas de estudio?

Comprender mejor: cada técnica está pensada para poder absorber al máximo los conceptos a estudiar.
Ahorrar tiempo: cada una de estas técnicas busca optimizar el tiempo dedicado al estudio. Lo logran enfocándose solo en lo más importante al estudiar.
Automatizar el estudio: cuando domines las técnicas de aprendizaje, no necesitarás detenerte a pensar cómo estudiar. Simplemente podrás identificar la mejor manera de aprender el material y aplicar la técnica correspondiente.

Conoce tu estilo de aprendizaje

Tipos de técnicas de estudio

A – Apuntar en una agenda la fecha de los exámenes y de los trabajos que hay que entregar.
B – Dedicar todos los días unos minutos al estudio o al repaso de las asignaturas.
C – Establecer un horario de estudio realista y constante.
D – Utilizar siempre el mismo lugar de estudio y que este cuente con condiciones ambientales adecuadas.
E – Realizar descansos de unos minutos para relajarse y concentrarse mejor.

Para que un texto pueda ser asimilado, es necesario entenderlo, pero para hacerlo bien, hay que leerlo correctamente y prestando atención.

Existen dos tipos de lectura:

A – Prelectura: una primera lectura rápida, que sirve como exploración para saber de qué trata el texto.
B – Lectura comprensiva: una segunda lectura en la que se debe leer detenidamente y asegurarse de comprender cada párrafo. De este modo, se van interiorizando las ideas del texto.

Después de haber comprendido lo que se ha leído, hay que pasar a seleccionar las ideas principales y secundarias del texto. Esto se puede hacer mediante la técnica del subrayado. Gracias a esta técnica, podemos localizar y captar las ideas principales de un texto, lo que favorece el estudio activo y ayuda en el proceso de comprensión.

Subrayado: clave para distinguir lo esencial

En el momento en que subrayas, ya estás distinguiendo entre las ideas o palabras clave de un texto y las secundarias. Además, con la práctica, estarás potenciando tu capacidad de síntesis.

Por lo general, se tiende a subrayar frases que resumen ideas. Estas pueden estar al principio, en el medio o al final de un texto. Es muy útil subrayar también ejemplos que ayuden a comprender mejor el contenido o palabras clave que faciliten recordar las ideas.

De lo simple a lo complejo: técnicas de estudio

Las técnicas de estudio ayudan al estudiante a comprender mejor el material necesario para rendir un examen o entender un tema. En el caso de los textos, existen estrategias simples y otras más complejas. Entre las más básicas están la lectura exploratoria, el subrayado y las anotaciones al margen. Las más elaboradas incluyen la creación de resúmenes, cuadros sinópticos o redes conceptuales. Estas últimas permiten organizar los términos de forma que estén correctamente relacionados entre sí. Desarrollar estas habilidades lleva tiempo y práctica. Por eso, las técnicas de estudio son clave para alcanzar un buen nivel académico.

Técnicas complementarias: esquema y resumen

El esquema: es la expresión gráfica del subrayado que sintetiza las ideas principales, las secundarias y los detalles del texto. Pueden ser de llaves o corchetes, desarrollándose a partir de una idea general o en esquema radial para relacionar ideas.

El resumen: es un texto expositivo creado a partir de otro texto. Consiste en exponer de manera breve, clara y fiel lo que el autor ha expresado. Refleja el sentido global del texto.

Para retener lo aprendido, se requiere un gran esfuerzo mental. De hecho, almacenar la información en la memoria no es un proceso sencillo. Por ello, es conveniente utilizar ciertas reglas mnemotécnicas o trucos sencillos que faciliten la memorización.

Además, como último paso en el estudio, es importante evaluarse para comprobar lo que se ha aprendido. Y, si es necesario, seguir repasando.

Si quieres profundizar aún más y empezar a aplicar métodos efectivos desde hoy, te recomendamos leer nuestro artículo sobre las 5 mejores técnicas de estudio. Allí encontrarás estrategias prácticas y probadas que te ayudarán a estudiar de forma más eficiente, retener mejor la información y mejorar tu rendimiento académico. ¡No te lo pierdas!

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